How we are thinking wrong about intimacy | HEDØNE

Por qué pensamos mal sobre la intimidad | HEDØNE

Intimidad . Es una palabra que a menudo se malinterpreta, se simplifica o se reduce a la proximidad física. Pero ¿y si la hemos estado viendo de forma equivocada? ¿Y si la intimidad es algo más que cenas a la luz de las velas, grandes gestos o simplemente sexo? En HEDØNE, creemos que es hora de repensar lo que significa la intimidad y cómo la experimentamos.

El problema: una visión estrecha de la intimidad

Con demasiada frecuencia, la intimidad se considera algo que se hace con otra persona. En las películas se la representa como noches apasionadas o confesiones sinceras. Si bien esos momentos son parte de la intimidad, son solo la punta del iceberg . Esta visión estrecha puede hacer que la intimidad parezca inalcanzable para algunas personas o ejercer una presión innecesaria sobre las relaciones para que “sientan intimidad” las 24 horas del día, los 7 días de la semana.

La verdad es que la intimidad empieza por uno mismo. Se trata de comprenderse a uno mismo, de comprender sus necesidades y sus deseos. Sin esa base, es difícil conectar verdaderamente con otra persona.

Redefiniendo la intimidad: la conexión como eje central

En esencia, la intimidad tiene que ver con la conexión, no solo con los demás, sino con uno mismo.

Se trata de:

Conócete a ti mismo : entiende qué te hace feliz, qué te emociona y qué te reconforta, incluso cuando no hay nadie más cerca.

Seguridad emocional : sentirse lo suficientemente seguro para expresar su verdadero yo, ya sea solo o con otra persona.

Presencia : Estar completamente en el momento , libre de distracciones o expectativas, para sentir verdaderamente lo que está sucediendo.

Pareja en la cama HEDØNE

AHORA... Cómo nuestro pensamiento nos frena

A continuación se presentan tres formas comunes en las que nos equivocamos en la intimidad:

  • Equiparamos la intimidad con el romance. La intimidad no tiene por qué ser romántica. Se puede encontrar en conversaciones profundas con amigos, riendo con alguien que te entiende o incluso en un momento tranquilo contigo mismo.
  • Lo vemos como un hito, no como un viaje. Muchas personas piensan que la intimidad es algo que se “logra” en una relación, como una casilla que hay que marcar. En realidad, es un proceso continuo que crece y evoluciona.
  • Pasamos por alto la intimidad en solitario. Tener intimidad con uno mismo (explorar el propio cuerpo, los propios pensamientos y las propias emociones) es tan importante como conectarse con otra persona. No es egoísta, es fundamental.

La pregunta entonces es: ¿Cómo puedo repensar su definición?

Vamos a darle la vuelta al guión. Aquí te contamos cómo puedes adoptar una nueva perspectiva sobre la intimidad:

  • Priorízate a ti mismo : reserva tiempo para el cuidado personal, no como un lujo, sino como una necesidad. Explora lo que te hace sentir bien, física y emocionalmente. No esperes a que otra persona te dé permiso para priorizarte.

  • Concéntrese en la calidad, no en la cantidad : la intimidad no se trata de cuánto tiempo pasa con alguien, sino de la profundidad de la conexión durante esos momentos. Una conversación sincera de cinco minutos puede ser más íntima que horas de charlas informales.

  • Acepta la vulnerabilidad : la verdadera intimidad requiere bajar la guardia. Da miedo, pero también es lo que hace que las relaciones sean significativas. Comienza por algo pequeño, aunque sea solo siendo honesto contigo mismo.

Por qué esto es importante

Cuando repensamos la intimidad, nos abrimos a experiencias más ricas y satisfactorias. Dejamos de perseguir una versión idealizada de la conexión y comenzamos a construir algo real . Ya sea con una pareja, un amigo o con uno mismo, la intimidad se trata menos de cumplir expectativas y más de estar realmente presente.

En HEDØNE, nuestro objetivo es redefinir lo que significa sentirse bien . La verdadera intimidad no se trata solo de los momentos que compartes con los demás, sino de la relación que tienes contigo mismo. Y ahí es donde comienza la magia.

Así que tómate un momento. Respira. Conéctate contigo mismo. Eso es intimidad. Y vale cada segundo.

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